New York Dolls en El Teatro Roxy
Viernes 18 de abril de 2008
Muñecas Bravas en Buenos Aires
La primera visita de los New York Dolls a Buenos Aires planteaba dos sensaciones contradictoras. En primer lugar, la excitación por encontrarnos cara a cara con el mito. En segundo lugar, el escepticismo ante el resultado de semejante experiencia.
Luego de los shows de El Club de Marilyn y Coverheads, apareció en el escenario la figura fantasmagórica de Marcelo Pocavida (icono del punk rock local) para presentar a la banda estadounidense.
Los primeros acordes de Babylon hicieron temblar el recinto. David Johansen y Sylvain Sylvain, los únicos miembros originales de la banda, tomaron el control del escenario apoyados magistralmente por el bajista histórico de Hanoi Rocks, Sami Yaffa.
En los primeros temas, la presencia intimidante de Johansen contrastó con la verborragia amigable de Sylvain. El cantante pareció soltarse luego de la interpretación de Piece of my heart, un cover de Janis Joplin tan inesperado como eficaz.
En un intento explícito por evitar la nostalgia, la banda alternó sus clásicos con muchos temas del disco One day it will please us to remember even this, que marcó su regreso a los estudios de grabación en 2006. De esta placa, se destacaron las versiones de We’re all in love y Fishnets & Cigarettes. Mención especial para Plenty of music, una hermosa melodía que nos pone a pensar todo lo que Ramones le deben a los Dolls.
El público, abundante y heterogéneo, seguía las alternativas del recital con mucho entusiasmo. Como ocurre habitualmente, las canciones más recientes fueron recibidas con una pizca de indiferencia. La cosa se puso más picante cuando sonaron grandes éxitos como Trash o Pills.
También hubo lugar para un pequeño homenaje a Johnny Thunders, guitarrista original de la banda fallecido en 1991. You can't put your arms around a memory inundó El Teatro de emoción aunque para muchos se trató solamente de un tema que Guns n’ Roses grabó para The Spaghetti Incident?.
Hacia el final, la banda se despachó con una seguidilla de clásicos como Personality Crisis y Looking For A Kiss que terminaron de convertir el show en una fiesta. El cierre fue con Gotta Get Away from Tommy y mientras el glamoroso telón carmesí envolvía al no menos glamoroso Sylvain, las respuestas al interrogante del comienzo fueron cayendo en su lugar.
La excitación venció al escepticismo. Los New York Dolls ofrecieron un show a la altura de su propia leyenda. El pasado, perdido en la nebulosa de los excesos, brilla en el presente y se proyecta hacia el futuro. Las muñecas más provocativas del rock nos invitan a redescubrir su legado.
Sunday Driver
No hay comentarios.:
Publicar un comentario